El Ayuntamiento de Sant Josep está dispuesto a «limpiar y vallar» el delfinario de ses Salines antes del verano «a golpe de edicto», según informó un portavoz municipal. Tras meses de arduas investigaciones, el Consistorio no ha podido aún notificar a los propietarios la orden que les obliga a adecentar ese espacio, abandonado desde hace años.
La intención de la Corporación es emitir una serie de edictos que, con la ley en la mano, permita a los servicios de limpieza y a los obreros limpiar y vallar, respectivamente, aquel lugar, enclavado en la Reserva Natural de ses Salines. La factura de esos trabajos «se pasará a los propietarios cuando aparezcan», indicó el portavoz del Consistorio. Las tareas se emprenderán antes del estío porque el delfinario «no puede permanecer más tiempo de esa manera». Más suerte ha tenido el Consell, que ha conseguido dar con el paradero de los propietarios del Trancedance, un edificio inacabado que, precisamente, está ubicado en las cercanías del delfinario. Esa circunstancia permitirá a la institución insular acelerar los trámites para derruir el edificio, en el que sus anteriores dueños pretendían construir una discoteca.
Los propietarios tienen ahora un mes de plazo, que expira a finales de mayo, para no dejar piedra sobre piedra del Trancedance. Si en esa fecha la estructura sigue en pie, el Consell calcula que en dos meses podrá echarla abajo. Si el Consell ha tardado nueve meses en dar con el paradero de los nuevos propietarios del Trancedance, el Ayuntamiento de Sant Josep lleva más de dos años tras la pista de los dueños del delfinario, según explicó el concejal de Obras, José Torres Cardona, durante un pleno celebrado a finales de enero. El Consistorio inició los trámites en la primavera de 1999, después de que los concejales de la izquierda (EU, PSOE y Els Verds) presentaran una moción al respecto.