La finca Can Sala, situada en el centro de Sant Jordi, volvió a ser escenario ayer de una exhibición de las tareas de labrado de la tierra a la antigua usanza. Un total de cinco caballos y yeguas con sus respectivos dueños acudieron a una cita que se viene desarrollando desde hace tres años con motivo de la festividad del patrón de la localidad y que se ha convertido en una cita obligatoria con el pasado reciente.
Mariano Ribas, uno de los participantes, acudió a la cita con 'Titón', un cruce entre picherón y trotón, que arrastró durante más de una hora un arado de ruedas con el que removió el terreno mostrando a un público, formado por varias decenas de personas de todas las generaciones, el origen de los actuales tractores. «En mayo se prepara la tierra para sembrar en septiembre. Yo ahora utilizo de vez en cuando este arado pero hace años que tengo tractor porque es más rápido», aclaró Mariano.
La jornada festiva en Sant Jordi se completó con una torrada popular en la plaza de la iglesia y el desarrollo de varios juegos y pruebas para los más jóvenes entre las que destacó el karaoke en el que participaron decenas de niños.