El Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) y el Ayuntamiento de Eivissa se aliaron ayer para limpiar la zona que el pasado miércoles fue afectada por el vertido de 1.000 metros cúbicos de aguas fecales procedentes de la estación depuradora.
Un camión contratado por el Ibasan echó agua a presión por el camino de s'Empedrat, mientras que una brigada especial enviada por el Consistorio se dedicó a limpiar concienzudamente tanto el camino como el torrente que transcurre entre los edificios Los Girasoles y Brisol. En total, la limpieza afectó a una franja de 500 metros de longitud que el miércoles fue inundada por los detritus que durante la noche del miércoles vertió la depuradora por un fallo en los soplantes, un aparato que se encuentra al comienzo del tratamiento.
Por la mañana, el concejal de Obras del Ayuntamiento de Eivissa, Antoni Roldán, manifestó su firme propósito de que no se repitiera este año lo sucedido en 2000, cuando el Ibasan se despreocupó de un vertido similar, dejando que fuera el sol y el tiempo los que limpiaran ese área.
Por otra parte, vecinos de la avenida 8 d'Agost anunciaron a este periódico que próximamente darán a conocer públicamente la creación de una asociación, formada por inquilinos y empresarios de la zona, cuyo principal objetivo será luchar para que la depuradora de Eivissa deje de generar malos olores. Al parecer, ya cuentan con un abogado dispuesto a presentar una demanda contra la Conselleria balear de Medi Ambient por los daños -tanto económicos como de salud- que la estación depuradora está produciendo a los negocios de la zona y a los propietarios de viviendas.