Los ciudadanos de Eivissa han podido comprobar durante los últimos días cómo ha aumentado considerablemente la salinidad del agua que sale del grifo, hasta el punto de resultar complicado conseguir que los detergentes generen espuma. La culpable de esta situación es una avería que se produjo durante el pasado fin de semana en la desaladora y que podrá ser solucionada hoy o, más probablemente, mañana, según informó un portavoz de la instalación.
Desde el pasado sábado sólo funcionan dos de las tres líneas de producción de la desaladora, de manera que el abastecimiento se ha reducido a dos terceras partes (6.500 metros cúbicos, de los 10.000 posibles). Para aportar a la red todo el agua que necesita la población, la producción se está mezclando con agua de los acuíferos, que debido a la persistente sequía se caracteriza por poseer un alto contenido de sal, según explicó ayer a esta redacción la concejala de Ciudad Sostenible, Marta Roldan.
La avería se ha producido en un mecanismo que hasta el momento nunca había causado problemas, según explicó un técnico de la instalación. Al ser poco habitual no existían recambios en las Pitiüses, por lo que las piezas han tenido que ser pedidas a Alemania, de donde llegarán entre hoy y mañana.
No sirve ni para regar el suelo
«El agua de los pozos es tan salada que no sirve ni para regar el
suelo de la ciudad».Este es el triste panorama que pinta Marta
Roldán sobre la calidad del agua de los acuíferos: tan salada es
que obstruye las válvulas de los camiones cisterna. «Y ni mucho
menos sirve para regar las plantas de los jardines», para los que
se está utilizando agua de la red, si bien durante los últimos días
ésa parece salida del mar. La concejala espera impaciente que la
Conselleria de Medi Ambient les permita regar con agua de la
depuradora.