El Consorcio de Aguas de Formentera decidió ayer descartar la posibilidad de instalar una desaladora móvil en la isla que permita pasar el verano sin tener que aplicar restricciones. Según informó el alcalde de Formentera, Isidor Torres, durante la larga y densa reunión se barajaron dos posibles soluciones y, eliminada la de la desaladora móvil, se optó por intentar acelerar al máximo la ampliación de las actuales infraestructuras con el objetivo de que puedan incrementar su capacidad de producción.
La desaladora portátil fue descartada porque el tiempo necesario para su traslado a la isla e instalación no garantiza tener agua corriente durante todo el verano. Tampoco lo garantiza la opción elegida, como reconoció Torres, aunque el primer edil confía en que durante julio no sea necesario aplicar restricciones de agua y que para el mes de agosto se haya logrado aumentar algo la capacidad de producción de la actual desaladora.
Para conseguir que el proceso sea lo más rápido posible, la Conselleria de Medi Ambient del Govern ya ha enviado al Ministerio de Medio Ambiente el pertinente informe de impacto ambiental y ha solicitado que se aceleren los trámites al máximo, como también lo hará el propio consistorio. «Vamos a ver qué pasa. A ver si podemos encarar julio sin restricciones y deberíamos llegar a algo -en referencia a la ampliación de la capacidad de producción de la desaladora- en el plazo de mes o mes y medio», apuntó Torres, que no ocultaba su preocupación por la situación.
El máximo responsable municipal dijo que de esta reunión también se habían desprendido otras consecuencias, entre ellas, que el Ayuntamiento deberá dejar la gestión del agua en manos de profesionales. Para ello, Torres avanzó que se convocará un concurso público que permitirá seleccionar a una empresa experta. El alcalde está muy interesado en hallar una solución que garantice que el problema del agua está solucionado por muchos años y cree que, para ello, es imprescindible aumentar la capacidad de almacenamiento de agua.