El gremio de los 'pescateros' tuvo un sábado especial. Dos vendedores de pescado del Mercat Nou decidieron invitar a sus compañeros a la ceremonia de su boda, que se celebró en un barco de pesca y con un toque hawaiano. El requisito fundamental para los asistentes pasaba porque nadie podía ir bien vestido, como normalmente se acude a las bodas. Los chicos tenían que acudir con camisa estampada y pareo y las chicas con vestimentas propias de un día de playa. Una jornada especial en la que el maestro de ceremonias fue el patrón del barco, Joan Curt.
El punto de reunión se localizó en el Mercat Nou a las 17'30 donde, una hora y media antes los 'pescateros', incluida la novia, habían vendido el pescado del día. La primera en llegar fue ella, Lourdes Campanario, quien rompió la tradición incluso hasta en lo de llegar antes que el novio. Manolo Montiel no apareció hasta las seis menos cuarto. Ella lucía una falda blanca y un top a juego, mientras que él eligió una camisa negra y un pareo amarillo. Cuando todos los invitados aparecieron, llegó el momento de la foto de familia antes de salir hacia el puerto.
Un barco de pesca amarrado frente a la Cofradía de Pescadores recibió a la comitiva nupcial engalanado con guirnaldas para la ocasión. Joan Curt, patrón de la embarcación desde hace 17 años, fue el encargado de dar el beneplácito al enlace a través de un discurso que encandiló a los asistentes: «Embarcáis en una singladura bonita, pero os podéis encontrar con tormentas, ciclones o naufragios.