Los agentes de la Policía Local de Sant Antoni denunciaron ayer ante el Ayuntamiento el «lamentable, insalubre y peligroso» estado del retén municipal, al que el edil progresista Julián Calderón comparó con una «comisaría mejicana» en el penúltimo pleno de la Corporación. La denuncia fue acompañada de 36 fotografías que ilustran cómo se encuentran todas las dependencias, en las que no se ha practicado mantenimiento alguno desde hace un lustro. El concejal de Gobernación, José Juan Ferrer, dio la razón a los agentes, si bien explicó que el Consistorio dispone de una partida de tres millones de pesetas para arreglar el edificio.
Si bien hasta la pasada semana, ningún constructor quería hacerse cargo de las obras, el edil asegura que ya ha encontrado uno que se encargará tanto de esos trabajos como de los del vallado, presupuestados en dos millones. Esa cantidad es insuficiente, a juicio de Enrique Gómez Lama, miembro de la junta de personal de la Policía Local por parte de CC. OO., que junto al Sindicat de Treballadors de les Illes Balears (STIB) ha presentado la denuncia: «No bastarán. Los muros son muy antiguos y están agrietados», advierte.
No es el único defecto de ese retén: la sala de identificaciones sirve para guardar motocicletas; los vestuarios de los policías son los antiguos calabozos para detenidos; no disponen de aseos y duchas en condiciones, y el material intervenido se acumula «por todas partes» debido a la falta de espacio. Esa situación comporta «un riesgo para la salud de los agentes», hartos de vérselas con cucarachas y con las picaduras de gran variedad de insectos.