La renuncia irrevocable de José Luis Palacios como presidente de la asociación de vecinos y comerciantes de Platja den Bossa arrastró ayer al resto de la directiva, que dimitió en bloque. Las razones expuestas por los miembros de la junta para abandonar la asociación son idénticas a las de Palacios, si bien destaca la «falta de claridad de los movimientos de cuentas». De momento se ha hecho con las riendas el actual secretario y hasta hace dos meses presidente de la entidad, Ricardo Àlvarez, al que los dimisionarios culpan de buena parte de los problemas que aquejan a la asociación.
Rafael Costa, hasta ayer miembro de la junta directiva, aseguró que es «imposible sacar adelante la asociación de vecinos con la contabilidad heredada». Además, señaló que las deudas acumuladas son «increíbles», de más de dos millones de pesetas. Ricardo Àlvarez reconoce que la gestión no ha sido acertada y admitió que rellenó algunos recibos en servilletas: «Es que José Luis Palacios, como es economista, quiere que de todo haya una factura», indicó. Ahora, asegura, irá comerciante por comerciante para que por cada ticket o albarán le libren una factura.
Respecto a los dos millones, asegura que «los debe la guardería, no la asociación», y que esa cantidad quedará amortizada próximamente con una subvención de una entidad local. La dimisión en bloque se ha acelerado ante la inminencia de las fiestas del barrio, que ha organizado Ricardo Àlvarez sin informar de ningún aspecto al resto de la junta. Àlvarez dice que ha obrado así porque es el delegado de fiestas, aunque asegura que presentó un presupuesto a la asociación. A su juicio, «todo lo ocurrido ha sido fruto de malentendidos».