Gabino Amoedo, presidente de la Asociación de Náutica de la Pimeef, está convencido de que la presencia de embarcaciones de recreo en las costas de las Pitiüses durante los meses de julio y agosto «ha tocado techo». Totalmente desbordados por la enorme afluencia de yates este verano «mayor que en años anteriores», tanto los puertos deportivos como las empresas que dan servicio técnico a estas embarcaciones están trabajando por encima de sus límites, «lo que supone un descenso de la calidad», señala el representante del sector. El mercado «está pidiendo servicios», advierte Amoedo que recalca que «si queremos turismo de calidad hay que darle prestaciones, entre ellas, unas instalaciones deportivas adecuadas».
La actitud del Govern, reacio a dar más licencias para habilitar nuevos puertos deportivos es, según Amoedo, «la demostración de que la sociedad va por un lado y las instituciones por otro», una actitud que «no es correcta». Si la sociedad demanda más amarres «es lo que hay que ofrecer», señala el presidente del sector que, a la vez, reconoce que el crecimiento tiene que ser regulado. Una regulación «bien hecha» no «prohibir por prohibir», explica.
La responsabilidad de la puesta a punto de los puertos deportivos es otro obstáculo. «¿Quién es el responsable?», se pregunta Amoedo, «¿la concesionaria?, ¿la Autoritat Portuària?, ¿el Ministerio de Fomento?», apunta el presidente de la asociación, que resuelve que «debe tratarse de un trabajo de coordinación entre administraciones».
El presidente de la asociación puntualiza que la Autoritat Portuària «puede sacar normativas pero, si no hay medios para su cumplimiento, se queda en nada». A juicio de Amoedo, «falta trabajar mucho en este sentido y es una lástima que no se haga ahora porque se puede perder el carro del sector». El sector náutico de las Pitiüses defiende este mercado que -asegura- no provoca tantos problemas de aglomeraciones e inseguridad como parece. «Respetan las playas y no molestan a bañistas».