La ola de frío y lluvia que desde ayer azota a las Pitiüses fue la protagonista de la inauguración de la plaza de Santa Gertrudis. El acto, que pretendía concentrar a numerosos vecinos en el ágora de la pequeña localidad del centro de la isla y dar pie a una fiesta pagesa, quedó reducido a unos escasos minutos en el lugar. Los justos para que el alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, y el conseller de Obres Públiques, Habitatge i Transports, Francesc Quetglas, acompañados por el vicepresidente del Consell Insular, Vicent Tur, cortasen la cinta y se trasladasen apresuradamente hasta la carpa de fiestas para resguardarse de la fuerte lluvia que cayó en el lugar a la hora de la inauguración.
Junto a las autoridades, varias decenas de vecinos siguieron el acto protocolario y al séquito para participar en una merienda-cena popular en la que un grupo de jóvenes de la localidad improvisó una actuación folklórica que caldeó el ambiente durante más de una hora. El alcalde de Santa Eulària se mostró satisfecho con el resultado de la obra: «Es una plaza muy importante para Santa Gertrudis y está incluida dentro del convenio firmado entre el Ayuntamiento y el Govern Balear en el 97. Estamos muy contentos a pesar de que la fiesta se ha chafado un poco debido a la lluvia, pero también nos alegramos de que llueva porque es necesario», explicó.
El nuevo espacio para el ocio de los habitantes de Santa Gertrudis, que se encuentra junto a la iglesia, cuenta con una superficie de 4.500 metros cuadrados en los que se distribuye un escenario para actuaciones, una zona ajardinada con bancos y un parque infantil, que debido al mal tiempo no pudieron ser estrenados por los vecinos. El coste total de esta obra asciende a 50 millones de pesetas de los cuales 40'5 han sido aportados por el gobierno municipal de Santa Eulària cuyo departamento de servicios técnicos se ha encargado de dirigir esta obra a lo largo del último año. A partir de hoy, si el tiempo lo permite, los vecinos de Santa Gertrudis, disfrutarán de un nuevo área de recreo.