María Luisa Sarasqueta Díez tenía dos años cuando llegó a Eivissa. Una familia de la isla le adoptó en un hospicio de la Ciudad Condal. Cuando se casó, con 24 años de edad, llegó a sus manos su partida de nacimiento, en la que comprobó que sus padres no eran los biológicos, que era hija de una madre soltera llamada como ella y que sus abuelos eran Casimiro e Inés. Durante 41 años vivió con la curiosidad de saber quiénes podían ser pero el calor del hogar, con cuatro hijas y su marido, motivó que fuera pasando el tiempo sin que se pusiera a investigar. Ahora lleva dos años, desde que se jubiló, con el objetivo de descubrir nuevos datos y porqué no, conocer a su progenitora. El último paso lo dio ayer con su presencia en el programa de TVE «Así son las cosas» para medir la capacidad de cooperación de la audiencia.
«Tengo tres yernos, cuatro nietos y mi marido falleció hace 17 años y me gustaría tener una madre de verdad. Estoy orgullosa con la que me adoptó porque me dio muy buena educación, la biológica debería tener 91 años y viviría probablemente en Vitoria». María Luisa Sarasqueta explicó con frases como la recogida su situación al presentador del programa «Así son las cosas», Manuel Giménez. En el mismo, aparecieron dos de las hijas de la implicada, Paquita y Carmen Ripoll. La primera apuntó: «No nos ha hablado mucho de que había sido adoptada. Lo que sí puedo decir es que ha luchado por nosotras siempre porque le debió repercutir esa idea; sus hijas hemos sido lo más importante en esta vida. Nos ha protegido mucho, más que una madre ha sido una madraza».
La partida de nacimiento indica que María Luisa está registrada en un hospicio de Barcelona. Allí estuvo hasta que con dos años de edad llegó a Eivissa. Durante 22 años no supo de su condición de adoptada hasta que el papeleo exigido para pasar por el altar le hizo abrir los ojos.