El cierre de los establecimientos en Eivissa de la cadena de supermercados Diskont se ha resuelto de forma negativa para los 50 empleados de la cadena. A pesar de que en los últimos días se mantenía la esperanza de que la compra por parte de una cadena alemana salvase parte de los puestos de trabajo, finalmente los trabajadores pasarán a engrosar las listas del paro a partir de 1 enero de 2002.
La última oferta de la empresa a los trabajadores consistía en extinguir sus contratos de trabajo tras ampliar por un período de dos meses más el cobro de desempleo. Esta propuesta no fue aceptada por el comité de empresa porque aseguran que no sería más que una dilatación de «la agonía», hartos ya «de promesas y propuestas incumplidas». Es «el principio del fin», señalaron ayer con claro pesimismo fuentes de la Federación de Comercio de UGT, sindicato que acapara el comité de empresa.
UGT presentará demanda por despido improcedente ya que no admite que el cierre de la cadena se haya debido a causas económicas (falta de beneficios por presión de otras cadenas de supermercados) tal y como alegó la empresa propietaria de la cadena cuando se determinó el cierre de los centros. El sindicato afirma que exigirá en la demanda el máximo de compensación posible en estos casos: 45 días de indemnización por año trabajado en la empresa.
«Será el juez el que dictamine lo que tenga que dictaminar», apuntaron desde UGT, sindicato que matiza que está «convencido» de que el motivo del cierre de la cadena de supermercados «no fue la falta de beneficios sino la falta de buena gestión de los ingresos que obtenían los establecimientos». En el caso de que el juez no acepte la demanda de despido improcedente el sindicato rebajaría la petición de indemnización por año trabajado. La única conclusión positiva de todo este largo proceso es que «al menos ha acabado la incertidumbre», señalaron fuentes de la Federación de Comercio del sindicato UGT en las Pitiüses.