Los afortunados que el pasado domingo llenaron hasta la bandera El Divino para ver el primer concierto en Eivissa de Eric Burdon, quedaron plenamente satisfechos. El veterano líder de The Animals demostró con creces a los largo de una hora y media que quien tuvo, retuvo. Acompañado por un grupo de seis músicos de la isla, que se esforzaron hábilmente en seguirle, Burdon hizo un amplio repaso a momentos cumbres de su dilatada trayectoria musical, incluyendo asimismo algunos standards, como «San Francisco nights» o «I'm in the mood for love», blues con el que comenzó una velada especial, cuya recaudación era para los damnificados de Afganistán.
Antes de que Eric Burdon subiese al escaso escenario de la discoteca del Paseo Marítimo, el grupo My Generation calentó el ambiente con sus versiones de algunos clásicos del rock de toda la vida. Así, cuando comenzó a cantar el británico y el personal comprobó que estaba en forma, que su magnífica voz no había perdido brillo con los años, la emoción subió muchos enteros, sobre todo cuando entró en los temas más conocidos, como «Don't let me be misunderstood,» «We've gotta get out of this place» o «When I was young».
Su mayor éxito, «The house of the rising sun», lo dejó para el final, antes del largo y generoso bis que se marcó con «Don't take away the music», al ritmo del cual presentó a la banda, que una vez retirado Burdon del escenario, y con Jon Michell como portavoz, agradeció la defensa de la música en vivo, y pidió que siguieran los conciertos en Benirrás. Es de suponer, que los políticos que asistieron a la velada (todos del Pacte y algunos muy bailones) tomaron nota de la reclamación.
Ataviado con una camisa colorista y muy japonesa (¿en honor a «La casa del Sol Naciente»?), pasó por Eivissa Eric Burdon, una leyenda viva del rock y del blues. «My faith was so much stronger then, I believe in fellowmen, and I was so much older then, when I was young». Y lo sigue siendo, con ganas.