La falta de anestesistas en el hospital Can Misses pone en peligro la actividad quirúrgica. «O se cierra un quirófano o quitan las epidurales, pero lo último está descartado. Posiblemente, se tendrá que reducir un poco la actividad quirúrgica», asegura el jefe servicio de Anestesia, el doctor Jesús Preciado. En estos momentos se cuenta con seis anestesistas, pero hay ocho en plantilla. «Dos plazas están sin cubrir porque no hay anestesistas», subraya el doctor Preciado. De estos seis médicos, sólo cinco hacen guardias ya que al cumplir 55 años están exentos de esta obligación. Otros dos pedirán la exención dentro de poco tiempo por la edad. «Es un servicio de gente mayor con una sobrecarga de trabajo. Falta personal y sin nosotros no funciona el área quirúrgica», advierte.
«Con seis anestesistas no puede haber tres quirófanos programados funcionando por la mañana», añade. El hospital Can Misses dispone cuatro quirófanos, uno de ellos para urgencias. En el plazo de seis meses el servicio ha sufrido la baja de tres profesionales: Carlos Blanco, Neus Esteve, en un cargo de alta dirección en Son Llàtzer, y Montse Sánchez. «Hemos contratado a dos, pero faltan otros dos para que el servicio empiece a funcionar mínimamente bien», dice. Con la marcha de la doctora Sánchez el pasado viernes, el servicio «se quedó en cuadro», lamenta Preciado, ya que complica la programación de los quirófanos.
Al quehacer diario del servicio hay que sumar las guardias que han de efectuar. Los cinco anestesistas realizan 60 guardias mensuales: 30 localizadas y 30 de presencia física. Si están todos trabajando se hacen 12 guardias mensuales, además de los turnos de mañana. Preciado relata que la situación se complicará en febrero: «Hay gente que tiene solicitadas las vacaciones pendientes del año pasado el mes que viene con lo que el resto va a tener que hacer quince guardias mensuales. Va a ser muy preocupante».