La campaña contra la leishmaniosis que desarrolla una clínica veterinaria de Jesús ha sacado a la luz un elevado número de perros afectados por filariosis. En sólo una semana han sido detectados cuatro casos -15 en un año- del llamado gusano del corazón. Se trata de un parásito (las microfilarias) que inoculan determinados mosquitos en el aparato circulatorio de los perros, y que se alojan en el ventrículo derecho del corazón y en la arteria pulmonar, principalmente, pero también se localizan en la cámara anterior del ojo y en la cavidad peritoneal.
Pueden alcanzar hasta 30 centímetros y, en última instancia, pueden provocar un fallo cardiaco (si congestionan el ventrículo derecho) o una embolia (si los gusanos, a modo de trombo, cortan el riego sanguíneo). La aparición de esta enfermedad en Eivissa ha sorprendido a los veterinarios, ya que sólo estaba localizada en Canarias, Huelva y Salamanca, sin que se conozcan casos en Mallorca.
Entre las mascotas tratadas hasta el momento en Jesús hay al menos un caso grave. Si bien sólo es detectable mediante un análisis de sangre, hay una serie de síntomas reveladores de la enfermedad: intolerancia al ejercicio (a veces acompañado por tos poco profunda), dificultad para respirar, apatía, expulsión de sangre por la boca o hemorragias nasales, aumento del ritmo cardiaco e, incluso, intolerancia a la luz y trastornos en las glándulas salivales. El tratamiento depende del grado de la enfermedad, pero siempre requiere que el perro guarde mucho reposo.
Los perros comúnmente afectados se encuentran en zonas rurales de climas húmedos en los que proliferan los mosquitos, como es el caso de ses Feixes. Los animales que caza y pastoreo, así como los que viven en el campo tienen más posibilidades de contraer la enfermedad.