El sindicato UGT se presentará a la negociación del convenio colectivo de hostelería con unas directrices muy claras y, a la vez, muy distantes de las de la patronal: una subida salarial para el primer año del seis por ciento (cuatro puntos por encima de las pretensiones de los empresarios), mientras que para el segundo reclaman aumentos del 5'5 por ciento.
Según explicó ayer el secretario general de la federación de hostelería y comercio de esa central, Fernando Fernández, esos aumentos deberían afectar a todos los conceptos retributivos. Además, los trabajadores desean firmar un convenio para dos años y seguirán insistiendo en la necesidad de tener una jornada laboral de 35 horas semanales y de aplicar la ley de riesgos laborales. En este sentido, una de las propuestas consiste en crear la figura del delegado territorial de riesgos laborales, que acudiría a aquellas empresas donde carecen de representante debido a que no disponen de suficiente plantilla.
También quieren que el convenio refleje la posibilidad de que un trabajador se ausente porque su padre contraiga matrimonio, ya que en la actualidad sólo se contempla la opción convencional: que sea el hijo el que se case. Para facilitar la promoción, la plataforma de UGT -que finalmente podría sumarse a la de CC OO- desea incorporar al convenio que la excedencia pueda ser en el propio municipio.
Según Fernández, el convenio actual está tan desfasado que sólo recoge dos euros para la comida de los empleados. UGT pide que esa cantidad ascienda a nueve euros: «Con dos euros no tienes ni para un bocadillo», sugiere el sindicalista. Fernando Fernández considera que aún es pronto para hablar de movilizaciones, a pesar de que las partes mantienen posturas muy distantes. La mesa de negociación estará constituida por 30 miembros: 15 serán empresarios, y el resto representantes de los trabajadores, nueve de ellos de UGT y seis de Comisiones Obreras. El próximo día 21 ambos sindicatos estudiarán si acuden en una misma plataforma.