A pesar de que la visita a Dalt Vila no salió como en un principio las educadoras de la Escoleta de Sant Antoni pensaban, algún que otro problema en el sistema de traslados en mini-bús, al final los 33 niños de 2 y 3 años de este centro subieron hasta Dalt Vila para dar un paso más dentro de un proyecto educativo que el centro desarrolla a lo largo de este segundo trimestre del curso.
«Estamos trabajando en un proyecto sobre la isla con el folklore, la danza, la gastronomía y los paisajes en estrecha colaboración con los padres y abuelos de los niños, con los que hemos llevado a cabo actividades como la elaboración de orelletes y graixonera en el centro con los niños, y el montaje de un pequeño museo con objetos antiguos», explicó Paula Tomé, una de las educadoras que ayer acudió a Eivissa acompañada de varias madres.
El objetivo de la visita de ayer era mostrar a los pequeños el paisaje del casco antiguo. «Antes de venir a Eivissa los niños ya habían estado en la playa y en el bosque recolectando objetos naturales con los que luego realizaron manualidades. En el recorrido un pequeño grupo de los jóvenes excursionistas visitó el Consistorio y fue recibido por el alcalde, Xico Tarrés.