La anorexia y la bulimia siguen siendo los trastornos de la alimentación más conocidos, pero no los únicos. Hasta que tienen 18 años de edad son asistidos en el área de salud infantojuvenil del Patronato de Salud Mental. Durante el año pasado se atendieron catorce trastornos de alimentación, dos más que los contabilizados en 2000.
Los profesionales del Patronato ven esta enfermedad en la fase inicial. «Las anoréxicas que están peor suelen ser mayores de 18 años», precisa la psicóloga Mercedes Corell. Cuando su estado de salud está muy mal hay que ingresarlas en Can Misses ya que el servicio sólo tiene tratamiento ambulatorio. Durante el año pasado se ingresó a una anoréxica en la unidad de Psiquiatría del Àrea de Salud. En Eivissa se encuentran con pocos recursos para atajar este problema, aunque en Palma se dispone de una unidad de trastornos alimentarios. En los últimos años se han empezado a detectar en edades muy tempranas. «Hay casos de hasta niñas de diez años», comentaba un psiquiatra.
Los profesionales del Patronato atienden los trastornos cuando se está gestando la enfermedad «pero no se ven cuadros graves ya que no les ha dado tiempo por la edad», comenta Corell. Sin embargo, la psicóloga recuerda casos «donde era necesario su ingreso». Más que anorexias tan restrictivas, ahora se ven más casos de bulimias. Un fenómeno que va unido con un cambio en la sociedad: «Los jovenes están más relajados, el esfuerzo no cuenta tanto y hay menos disciplina», precisa Corell. Por la consulta de la psicóloga pasan enfermas en las que prima «el descontrol de comida, el atracón de pastelitos y los vómitos». La psicóloga advierte de que eso no quiere decir que sean casos menos graves, aunque su apariencia física lleve a engaño. «La bulímica es muy destructiva», apunta.
En opinión de Corell se ha de incidir en la prevención para evitar estos casos. «Puedo ver a una bulímica que vomite una vez a la semana y, en este momento no es grave. Sin embargo, si ves que por la personalidad de la niña y la familia puede evolucionar en una anorexia hay que seguirlos», explicó. A su juicio, «es mucho más facil modificar formas de relacionarse y rasgos de personalidad cuando son pequeños que cuando son mayores, en este departamento se tiene una gran responsabilidad».