La Conselleria balear de Medi Ambient solicitará en los próximos días al Ayuntamiento de Sant Antoni y al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que procedan al cierre de una finca de Sant Mateu en la que se han vertido «botes de pintura, ordenadores y electrodomésticos» junto a escombros que se emplean como relleno. El director general de Residuos, Nicolau Barceló, anuncio ayer esa medida y la apertura de un expediente sancionador en el que además se instará al propietario a reponer el terreno a su estado original.
Barceló indicó que su departamento tomó esa decisión tras comprobar mediante una inspección que además de los escombros limpios para el relleno había «otro tipo de cosas» que podían provocar graves daños medioambientales. Este asunto fue denunciado por el grupo municipal progresista y visto en un pleno de la Corporación en el que dio explicaciones al respecto el concejal de Hacienda Juan Riera Torres, Estret, responsable de la empresa que se encarga de esas tareas. Según detalló ayer Riera, en esa finca se está levantando el terreno para que no se encharque cada vez que llueve, circunstancia que se repite desde que la carretera cercana se elevó un metro.
La obra se ampara en una licencia del año 1991 y consiste en retirar la tierra buena, introducir en el fondo material de rebaje y volver a colocar encima la tierra de cultivo, de manera que quede por encima del nivel de la carretera. El problema, según explicó Juan Riera, es que algunos «desaprensivos» descargan en ese enorme agujero todo tipo de material. Tanto ayer como el martes, dos empresas tuvieron que volver a cargar los desperdicios que habían echado allí. Hoy jueves se instalará una cadena para evitar que los camiones puedan bascular en ese terreno.