El Col·legi d'Enginyers Industrials de Balears considera que el gas natural no es una cuestión prioritaria para Balears, «porque el problema energético de las Islas es eléctrico». La comisión de Energía de la entidad colegial afirma que el Plan Sectorial del Govern, recogido en la planificación estatal hasta 2011, «presenta errores de bulto» y advierte que las infraestructuras previstas en generación y en la red de transporte no podrán absorber con garantías el ritmo de incremento de la demanda en Balears, que ha crecido un 47'8% entre 1996 y 2001. A ello contribuirá el hecho de que la demanda de energía solicitada hasta marzo por grandes consumidores, todavía no en uso, representa un 21% de la que se consume en el Archipiélago.
Joan Frau y Lorenzo Mestre, miembros de la comisión colegial, argumentan que para garantizar el suministro, los gobiernos autonómico y central deben acometer inversiones en infraestructuras básicas. A su juicio, el Govern no ha previsto estas infraestructuras porque generan «costes políticos». El Colegio afirma que la planificación de generación energética «está mal» y añade, incluso, que para las infraestructuras que sí están previstas, la Administración balear no ha reservado espacios suficientes para construirlas, «no caben», dicen. Otro de los «fallos» en esta materia es que, sobre el papel, se prevé la instalación de un ciclo combinado en Sant Joan de Déu, infraestructura de la que piden confirmación al Govern, tras el debate sobre la desmantelación de esta central.
En materia de transporte de energía, el Colegio denuncia la supresión de la tercera línea de evacuación en es Murterar, por lo que si se produjera una avería como la de hace dos años, Mallorca se quedaría sin luz. «Éste es un ejemplo claro de falta de decisión por costes políticos», dicen. Los ingenieros proponen una solución alternativa al gasoducto. Quieren traer el gas licuado en barcos, construir una planta de regasificadora en Mallorca para transformar la energía y construir un cable eléctrico submarino entre Mallorca y Eivissa, que se uniría al ya existente entre Mallorca y Menorca, para integrar eléctricamente todo el Archipiélago.
Este sistema, cuyo coste sería equivalente al gasoducto (237 millones de euros), tendría como ventajas el retraso de la construcción de infraestructuras para quemar gas en Eivissa, evitaría la central de Sant Joan de Déu y fomentaría la competencia tras instalar otro cable entre Eivissa y la península.