La consellera insular de Medi Ambient, Fanny Tur, no está dispuesta a dejar sin efecto el proyecto de construcción de la planta de transferencia provisional de envases ligeros, que en los próximos días saldrá a concurso una vez se publique el correspondiente anunció en el BOIB. El grupo popular ha presentado una moción en la que pide que se retire ese proyecto por considerarlo un «despilfarro», ya que, según explico el conseller Joan Marí Bonet, «apenas se empleará». Tur subrayó, por el contrario, que no se malgastará un solo euro, ya que toda la maquinaria de esa planta se enviará a Formentera una vez se instale la planta definitiva en el vertedero de Cana Putxa.
En la planta se hará una separación y un tratamiento selectivo del papel, envases ligeros e, incluso, cristal que se recojan en toda la isla en los contenedores respectivos. En principio, y tal como se indicaba en el Plan Director Sectorial de Residuos de las Pitiüses, esa instalación no estaba destinada a tratar cristal, pero el Consell insistió en incorporar ese material, circunstancia que, en parte, ha retrasado la tramitación. La planta de triaje tendría que haber sido construida en el año 2001 para que empezara a funcionar en 2002.
Según explicó ayer la consellera insular de Medi Ambient, la planta dispondrá de una báscula, una cinta transportadora y de tres máquinas compactadoras, una para cada material. Toda esa instalación será reutilizada posteriormente en Formentera. El coste total del proyecto es de 470.000 euros y podría estar listo a finales del verano, si no surgen obstáculos en la tramitación. La obra es sencilla, según explicó la consellera, ya que sólo consiste en construir una solana de hormigón y un vallado, para después instalar dentro la maquinaria.
En el grupo popular consideran que el lugar escogido no es el más conveniente, pues el Plan General de Ordenación Urbana de Eivissa lo destina a dotaciones deportivas. Además, creen que provocará fuertes olores y que será motivo de un aumento considerable del tráfico en un lugar donde ya se producen «bastantes atascos», según explicó el conseller Joan Marí Bonet.