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El Govern pone en marcha ayudas para la aplicación de energía solar térmica

Pide a los ayuntamientos que coordinen la operación

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La consellera insular de Medi Ambient, Fanny Tur, y el director general de Energía, Joan Perchés, informaron ayer a representantes de los ayuntamientos pitiusos de las nuevas iniciativas y proyectos referentes a la aplicación de energía solar térmica que la Conselleria d'Innovació i Energia del Govern quiere poner en marcha. Perchés explicó que la Conselleria subvencionará la instalación de placas de energía solar térmica en los núcleos urbanos y requirió la intervención de los consistorios para que coordinen esa actuación. El objetivo es instalar el mayor número de placas térmicas posible para que las viviendas cuenten con agua caliente producida con esa energía: «Pero en vez de que se haga de una manera individual, queremos que se haga de forma coordinada para que en vez de una sola instalación haya, por ejemplo, más de un centenar», indicó Perchés.

Cuantos más vecinos se apunten, «mejores condiciones económicas tendrán». Así no sólo podrían acceder a las subvenciones del Govern, sino también a las que ofrece el Estado español para fomentar las energías limpias. El director general puso el ejemplo del municipio de Ferreries, en Menorca, donde una iniciativa parecida ha tenido mucho éxito. Según los cálculos de Perchés, una instalación que adquirida individualmente cuesta alrededor de 1.623 euros, si son varios los compradores y cuentan con subvenciones, su precio puede reducirse a la mitad. El objetivo es que también se aplique a los edificios de los ayuntamientos y a las instalaciones hoteleras.

Durante el encuentro también se habló de otra medida para ahorrar energía, una ayuda que si bien fue anunciada el pasado año por la Conselleria d'Innovació no se «materializará», en palabras de Perchés, hasta este año: la sustitución de las bombillas actuales del alumbrado público por otras de bajo consumo. Los municipios pitiusos podrían ahorrar hasta un millón de kilowatios hora al año si sustituyeran 2.200 bombillas de sus farolas, un 22 por ciento de las que existen. En mayo del pasado año, la Conselleria ya manejaba cuál sería la inversión total: 130.000 euros, ya que la sustitución de cada bombilla actual por otra de vapor de sodio costaría alrededor de 60 euros. No obstante, y según se asegura desde la dirección general de Energía, esa inversión se amortizaría en sólo 24 meses.

Aunque ya en la primavera pasada parecía que todo estaba listo para iniciar ese plan, «ahora se pone en marcha», según dijo Perchés. En teoría, ahora sólo hace falta la voluntad de los consistorios pitiusos de apostar por la disminución del gasto energético de las bombillas del alumbrado público.

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