El conseller insular de Transportes, Santiago Ferrer, explicó ayer la posición del Consell con respecto a la nueva orden del Govern que prevé un aumento de licencias de taxis y el uso obligatorio del taxímetro. El Consell ha solicitado al Govern un aumento de licencias de taxi por encima de lo previsto en el caso de Eivissa, que disfrutaría de este modo de 122 licencias, 13 más de las que cuenta en la actualidad. Otros casos que merecen una atención especial, a juicio de Ferrer, son los del municipio de Sant Josep, para que pasen a 72 (son 59 en la actualidad); y el municipio de Sant Antoni, que también disfrutaría de 72 licencias (48 en la actualidad). En total 48 licencias más entre los tres municipios.
Además de aumentar las licencias, la orden del Govern implica la obligatoriedad del taxímetro para garantizar el cobro justo de los precios del taxi, ya que, «aunque no es todo el sector», al Consell «le consta» que hay taxistas que «se exceden de los precios» establecidos por carrera. Según esta orden, los ayuntamientos deben obligar a instalar taxímetros y a que su uso sea tanto en trayectos urbanos como interurbanos. La obligatoriedad de la instalación del taxímetro será inmediata, de modo que antes del próximo verano los aparatos deberían estar en los coches.
«Es evidente que en la calle hay demanda de taxis», señaló el conseller, que reconoció que la patronal es contraria al aumento de licencias, aunque no se opone al uso del taxímetro. Por su parte los asalariados del taxi, que siempre han pedido un aumento de licencias, exigen que el incremento fijado en el caso de Eivissa sea todavía mayor.
El objetivo a medio plazo del Consell es que toda la isla de Eivissa «se convierta en Àrea de Prestación Conjunta», de forma que los taxis de todos los municipios puedan operar en uno u otro, indistintamente, en función de la demanda. Al ser imposible su puesta en marcha inmediata, un paso inicial es el aumento de licencias y el taxímetro.