Los vecinos de la comunidad de propietarios del lugar donde Pompas Fúnebres ha construido sus nuevas instalaciones, en la calle Baldraques, han presentado una denuncia ante los tribunales por el alzado de un segundo piso sobre el edificio antiguo sin su consentimiento. Los denunciantes defienden que son copropietarios de los aires (derechos de la máxima elevación) del edificio y no ha habido acuerdo alguno para alzar esta segunda planta. «Han construido una planta sobre un elemento común y se han apropiado del resto del solar sin el consentimiento del resto de copropietarios», explicó ayer a este periódico el abogado de los vecinos. Según el letrado a cada uno de los tres vecinos afectados le corresponde poco más del 19 por ciento de este espacio.
Los vecinos reclaman ante el juez que se derribe todo lo que Pompas Fúnebres ha construido en la parte que les corresponde por ley sin previo acuerdo. Asimismo, los afectados también han denunciado ante el Consell Insular una serie de infracciones urbanísticas detectadas. Al parecer, según sostiene el letrado, se ha ocupado más del 50 por ciento del solar, en contra de lo que establece el Plan Parcial de este polígono de Santa Eulària. «También se ha rebasado el volumen por metro cuadrado de solar permitido», añadió el letrado de los vecinos, que también rechazan la barandilla que Pompas Fúnefres ha instalado en la acera justo delante de las nuevas instalaciones.
Por su parte, la gerente de Pompas Fúnebres, Ana Marí, defiende que la empresa no ha transgredido en ningún caso los derechos de los vecinos. «No hemos hecho ninguna reforma sin permiso. Los vecinos están en su derecho de reclamar lo que quieran. La ley dirá quien tiene la razón», señaló ayer a este periódico. Ana Marí, asimismo, considera que los vecinos han actuado de mala fe. «Han esperado a que hubiéramos construido para denunciarnos. Nosotros tenemos la conciencia muy tranquila», subrayó Marí, que apuntó además que la barandilla «es un elemento decorativo» que cuenta con el permiso necesario.