El Instituto del Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) ha delimitado unas zonas en las praderas de posidonia próximas al banco de arena de sa Talaia para evaluar dentro de un tiempo el impacto del trabajo de extracción sobre esta comunidad vegetal. El Imedea ha realizado un estudio pormenorizado sobre las consecuencias que puede provocar el trabajo de extracción de arena. El investigador de Imedea Carlos Duarte subraya que si la Demarcación de Costas sigue a rajatabla las recomendaciones que se desprenden de este informe el impacto sobre las extensiones de posidonia será cero. «Para comprobarlo, hemos delimitado unas parcelas testigo que confirmarán en un tiempo si ha ha habido algún impacto», dice.
El Imedea acotó finalmente un área de 42 hectáreas sin riesgo de dañar a los bosques submarinos de posidonia, de una extensión inicial de préstamo de 62 hectáreas. Carlos Duarte subraya la importancia de que el dragado no exceda de los 20-30 centímetros de profunidad: «El impacto del dragado no sólo depende del volumen, sino también de la profundidad de la extracción».
La extracción de arena se acometerá, por otro lado, a al menos 200 metros de las extensiones de posidonia. Para acometer este estudio, el Imedea ha sacado del cajón el estudio geofísico de la zona que se realizó hace cinco años. «Todo se ha verificado con imágenes de vídeo y con inmersiones de submarinistas», destacó Duarte. Todo este trabajo de campo y de investigación se desarrolló en un tiempo récord de dos meses.
El estudio de Imedea establece que para evitar el impacto sobre la posidonia, el barco-draga debe entrar en el yacimiento por el este, y extraer la arena mediante recorridos paralelos a la costa de este a oeste. El Ministerio de Medio Ambiente, por su parte, hace especial hincapié en que durante esta fase del proyecto se aplicarán todas las medidas y controles que establece el estudio. Asimismo, se compromete a realizar el control y el seguimiento para determinar la evolución del sistema y la recuperación de las condiciones iniciales.