La lluvia y, sobre todo, su exceso para lo que suele ser habitual en estas fechas ha dejado raciones de mal y buen sabor de boca a partes iguales en las Pitiüses. Si las lluvias del temporal de marzo fueron muy beneficiosas para el cultivo de forrajes y la agricultura en general, las últimas precipitaciones han causado más de un disgusto a los agricultores.
Es el caso de aquellos que ya habían segado el forraje. El agua ha pudrido toda la parte del manojo que está en contacto con el suelo. «Para los acuíferos y los árboles este aporte de agua es buenísimo, sobre todo porque ha caído de forma gradual y no ha provocado escorrentía, pero la verdad es que para la agricultura estas últimas lluvias ya sobraban», apunta el encargado de la cooperativa de Santa Eulària, Antoni Ferrer.
Las lluvias también han afectado al cultivo de los productos de huerta. La mayoría de los agricultores tienen que retrasar ahora al menos dos semanas la siembra, lo que altera notablemente las previsiones. Sin embargo, lo más grave es que la humedad que han dejado las lluvias es un foco para hongos y bacterias. «Cuando salga de nuevo el sol, es muy probable que aparezca alguna plaga», apuntó un agricultor consultado por este periódico. Los cambios meteorológicos repentinos son otra amenaza para estas plantas: «Si el sol pega ahora con fuerza, lo que ya está sembrado se puede quemar fácilmente».
Por su parte, el director del centro meteorológico de Balears Agustí Jansà confirmó ayer que el superávit de agua es del 30 por ciento, una cifra anómala que no se recordaba desde 1996, y que ha eliminado por completo todo atisbo de sequía en las Pitiüses. A medio día de ayer las precipitaciones máximas registradas en las últimas 24 horas eran de 26 litros en Sant Joan y de 13 litros por metro cuadrado en el aeropuerto de Eivissa. La mejoría del tiempo ha permitido restablecer la normalidad en las comunicaciones marítimas y aéreas. La compañía Baleària informaba ayer de que había podido recuperar la tranquilidad en todas sus líneas. La compañía aseguró que, en la línea entre Eivissa y Formentera, el ferry Arlequín Rojo y los catamaranes de alta velocidad operan también con normalidad.