Pepe, José Ramón, Antonio Conde, Antonio Lagunilla y Félix son cinco de los ocho jóvenes que participan en el curso de reparación y mantenimiento de embarcaciones neumáticas organizado conjuntamente por la Conselleria insular de Benestar Social a través del Patronato de Salud Mental junto con Eivissa Surf, una de las pocas empresas especializadas en la reparación de embarcaciones neumáticas en la isla. Pedro Cárceles, el responsable de Eivissa Surf, junto a Silvia Marí, la monitora de apoyo que acompaña a los aprendices del oficio en las horas de taller, son los encargados de enseñar los secretos de un oficio con mucha demanda, y por tanto con buenas perspectivas de futuro.
«Es un curso pionero que consta de ciento cincuenta horas en las que dividimos al total del grupo, que son ocho personas, en dos, de modo que mientras unos están aquí en el taller, los otros van a clase de habilidades comunes», resumió Cárceles, quien señaló que el principal objetivo de esta iniciativa pionera es, «más que la integración, la colaboración en la formación a nivel laboral» de cada uno de los alumnos que, señaló, «se sienten muy agradecidos cuando desempeñan una función y tienen una labor que les hace sentirse útiles, como es este caso».
«Tanto a mí como a los responsables del Patronato nos gustaría que los empresarios de náutica de la isla conociesen esta iniciativa visitándonos y viendo cómo trabajan estos jóvenes en el taller», señaló el responsable de Eivissa Surf. El próximo miércoles finaliza este curso cuyo inicio se remonta a principios del mes de abril y en el que, además de unas nociones teóricas, estos aprendices han aprendido a dominar las técnicas de mantenimiento de los motores fueraborda, engrase, cambios de aceite e ivernaje, el mantenimiento y reparación de embarcaciones neumáticas plegables y semirígidas, y a realizar algunos trabajos en fibra de vidrio, así como a poner parches de interior y exterior de flotadores.
El compañerismo y el afán de superación son las principales armas de este equipo de 'currantes' que con sus prácticas ha reparado ya embarcaciones de la Escuela de Vela, la Cruz Roja y el GEN. «Lo que más me ha llamado la atención ha sido lo de los parches», explicó Antonio Lagunilla, quien al igual que el resto de sus compañeros prefiere trabajar en equipo.