La segunda Trobada Progressista, celebrada ayer en el hotel Torre del Mar, sirvió para «reflexionar y hacer autocrítica de aquello que durante estos años no se ha hecho tan bien», según explicó la presidenta del Consell, Pilar Costa, tras seis horas de reunión, en la que no se permitió el acceso a los medios de comunicación y en la que estuvo presente el presidente del Govern, Francesc Antich.
Costa valoró el encuentro con los alrededor de 150 asistentes porque ha servido para advertir de la necesidad de «abrir el diálogo entre las fuerzas políticas progresistas y la sociedad civil». «Han habido críticas -reconoció la presidenta-, sobre todo en temas sensibles, como es el territorio y el medio ambiente, y se ha hablado de temas como el bienestar social y la cultura». La presidenta aseguró que toman «nota» de esas críticas: «Hemos de ser permeables a esas demandas».
Las formaciones progresistas y sus responsables políticos expusieron también sus logros y, al mismo tiempo, expresaron su disposición a renovar el Pacte en 2003: «El espíritu que ha presidido este encuentro ha sido el de apostar por reeditar la coalición progresista con las personas y partidos que quieran trabajar conjuntamente y con lealtad hacia el proyecto». En la Trobada no había representantes de Els Verds.
Costa subrayó que es necesario que «se ponga en marcha cuanto antes la maquinaria» para afrontar las elecciones, en las que el principal rival será el PP: «Estoy segura de que la mayoría de la sociedad no quiere que vuelva a gobernar el PP. Se han dado pasos importantes (ecotasa, Cala d'Hort) que ellos seguro que echarían abajo».