Los puertos deportivos de Formentera están prácticamente al cien por cien de su capacidad y no podrán atender a la gran demanda de amarres que se registra para finales de julio y, sobre todo, para el mes de agosto. «Desde esta semana el puerto se nos queda pequeño», informaron desde Marina de Formentera que, con 109 amarres, sólo tiene un par de huecos para un par de días, de esta semana y «hasta el 28 ó 30 de agosto estará todo a tope». En situación similar está Formentera Mar que, con 114 amarres, año tras año se ve desbordada por las peticiones de amarres desde mediados de julio a finales de agosto.
La consecuencia directa de esta demanda, muy por encima de la oferta, es que la bocana del puerto de la Savina y las zonas más próximas al mismo como son Cavall d'en Borras se ven invadidas por decenas de embarcaciones que fondean sin orden ni concierto. Si a este hecho se añade que las embarcaciones que, procedentes de la isla de Eivissa, navegan cada día hasta ses Illetes y s'Espalmador, no es de extrañar que se acumulen entre 500 y 600 yates, cruceros y motoras a lo largo de un reducido tramo del litoral formenterés. A ello hay que sumar la existencia de embarcaciones que, procedentes de Eivissa o del propio puerto de la Savina, llevan continuamente a visitantes a s'Espalmador o Ses Illetes con lo que el tráfico en la zona se convierte en poco menos que caótico, máxime si como a veces rápidos procedentes de Sant Antoni fondean junto a los islotes que dan nombre a Ses Illetes, espacios dentro del Parc Natural de ses Salines.
A la entrada del puerto de la Savina, se cruzan sin orden ni concierto yates y motoras, veleros y zodiacs con los ferrys que abastecen de mercancías a la isla y los rápidos dedicados al transporte de pasajeros que cada día se desplazan entre ambas islas Pitiüses; Cavall d'en Borras, Ses Illetes y s'Espalmador congregan una densidad de barcos por metro cuadrado difícilmente comparable a cualquier otro punto de las Balears. Mientras esta franja marítima padece un auténtico 'overbooking', zonas como Llevant o Migjorn presentan un índice de ocupación relativamente soportable en el primero de los casos y prácticamente nulo en la segunda de las playas, la más extensa de toda Formentera.