Nueve mil litros menos de gasoil. Ese es el ahorro en combustible que el hotel-apartamento Blau Parc prevé lograr esta temporada gracias a las placas de energía solar instaladas en su azotea desde el mes de mayo, momento en que el establecimiento abrió las puertas. El hotel permanece abierto siete meses al año, un periodo en el que sin las placas, instaladas por una filial de Gesa, consumiría 15 toneladas de gasoil, combustible con el que se calienta el agua de la caldera que luego se emplea en los baños de las 97 habitaciones del establecimiento y en la cocina.
En la terraza del hotel se han dispuesto 50 placas generadoras -que tienen una superficie total de 100'5 metros cuadrados- y un depósito acumulador de 6.000 litros de capacidad. Al ahorro económico se suma el beneficio que este tipo de instalaciones supone para el medio ambiente. Así, en este caso se evitará la emisión a la atmósfera de 27.515 kilos de anhídrido carbónico al año.
Según explicó Daniel Ramon, uno de los propietarios de la empresa familiar que dirige el hotel-apartamento, el coste de las placas ha ascendido a alrededor de 42.000 euros (siete millones de pesetas), de los que 18.000 euros han sido sufragados por el Govern balear a través de una línea de ayudas. El resto ha sido pagado por el propio hotel, cuyos responsables confían en poder amortizar el gasto en cuatro o cinco años. El gasto en combustible anual (de siete meses, en realidad), ha pasado de 5.860 euros (cerca del millón de pesetas) a 2.340 euros (unas 390.000 pesetas), lo que supone un ahorro de unos 3.520 euros (casi 600.000 pesetas).
Ramon advirtió que el ahorro podría ser mayor si no hubiera entrado en vigor este año una normativa sanitaria que obliga a los hoteles a mantener el agua caliente por encima de los 60 grados, con el objetivo de evitar así la propagación de la legionella. Las placas solares sólo consiguen, los días de más calor, que la temperatura alcance 50 grados, por lo que para aumentarla 10 grados más es preciso quemar gasoil.