En el precinto estuvieron presentes efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil, que protegieron a los representantes de los servicios técnicos de ambas instituciones. Según una nota de prensa del Consell, ésta institución «había iniciado un expediente en relación a todas las modificaciones sin autorización realizadas en el mencionado establecimiento. Además -prosigue el comunicado-, la cafetería no contaba con licencia de actividades clasificadas, así como tampoco de licencia municipal». Tras avanzar que el Consistorio «comprobará durante los próximos días que se respeta la orden de precinto», anuncia que en caso contrario «se adoptarán las medidas legales oportunas para asegurar su cumplimiento».
Por su parte, los representantes legales de la propiedad presentaron denuncia ante la Guardia Civil, que estaba presente en el precinto, por allanamiento de morada, falsedad en documento público y por «sacrificar el derecho fundamental a la intimidad personal y familiar» de los moradores de los cinco apartamentos precintados. Los abogados de la propiedad, Jaime Pellicer y Eduardo Valdivia, han señalado que el Consell notificó en su momento el acuerdo de paralización de las actividades pero no la ejecución del mismo; paralelamente, inciden en que el Ayuntamiento de Formentera notificó el decreto pero no la voluntad ni la fecha de ejecución del precinto, como debe hacerse según la forma legalmente preceptiva.
La denuncia se ha hecho contra Abel Guasch Ros por allanamiento de morada, de acuerdo con los artículos 203 y 204 del Código Penal, porque tras presentarse como celador de Litoral y habiéndosele requerido «para que acreditara con carácter previo a su irrupción en el establecimiento que justificara documentalmente el carácter y el acto administrativo por el que estaba autorizado a dicha entrada» -indica la denuncia-, manifestó no poseer documento alguno, pese a lo cual entró en el local y permaneció en él mientras se llevaba a cabo el precinto.
Antonia Riera Costa, inspectora de Turisme de la Conselleria, Juan Manuel Gil Gómez, letrado del Consell, y Francisco Funes Alcaraz, ingeniero industrial de Turisme, han sido denunciados por falsedad en documento público, ya que «faltando a sabiendas a la verdad en la narración de los hechos», a la hora de levantar el acta del precinto manifestaron de forma «mendaz» haberse entendido con la propietaria cuando fue con los letrados que presentaron el poder para actuar como representantes. Las cuatro personas también son denunciadas por un delito del artículo 204 del Código Penal por haber irrumpido en cinco apartamentos ocupados por clientes pese a haber sido advertidos «de la expresa negativa de sus moradores» a que entraran, según documentos firmados por los mismos y presentados a los funcionarios.
Precinto por un expediente archivado y tras pago de la
multa
El letrado Jaume Pellicer explicó a este rotativo que el origen de
esta actuación se remonta a 1998, época en que los actuales
propietarios adquirieron el establecimiento. En su momento
trasladaron la anterior cafetería al lugar actual, que estaba
ocupado por unos apartamentos, y de la antigua cafetería se
volvieron a hacer apartamentos, con lo que, señalan los letrados,
se perdieron plazas en aras de ofrecer un mejor servicio. Tal y
como reconoce el abogado de la propiedad, el cambio de ubicación de
la cafetería y la reforma que ello comportaba se realizó sin la
pertinente licencia municipal. En ese momento el Consistorio abrió
un expediente de disciplina urbanística que culminó con una multa
de 550.000 pesetas, que fueron abonadas por los propietarios de Las
Dunas Playa; a continuación el anterior alcalde, Vicent Escandell,
firmó el archivo del expediente al haber terminado el procedimiento
con el pago de la multa. Según Pellicer, el actual proceso,
expediente y precinto es la repetición de un procedimiento que ya
está finalizado y que por tanto no tiene razón de ser. Pellicer
señaló que el pasado sábado presentó en el Consell un escrito
solicitando la suspensión de la ejecución del precinto. El lunes,
el conseller de Turisme le dijo desconocer la existencia de ese
escrito.