Salinera Española lleva tres años solicitando sin suerte un permiso a la Conselleria de Medi Ambient, dependiente del Govern balear, para utilizar 6.500 metros cuadrados de su propiedad, situados justo enfrente de la escuela de ses Salines, como aparcamiento de pago. El Govern, sin embargo, ha informado siempre desfavorablemente a esta petición alegando, entre otras cosas, que el proyecto presentado (300 plazas de aparcamiento) prevé la ocupación de la zona de servidumbre de paso.
Salinera Española presentó por primera vez el proyecto en noviembre de 1999 y recibió la respuesta negativa del Ejecutivo autonómico en mayo del año siguiente. La empresa privada presentó una batería de alegaciones para conseguir el permiso, que casi tres años después sigue enredado en un largo proceso administrativo.
Mejor suerte ha corrido Dunasal Park, que ha conseguido en tiempo récord un permiso provisional del Govern balear, a través de la dirección general de Biodiversidad, para utilizar su propiedad como aparcamiento privado. El Govern llegó a un acuerdo con Dunasal Park en una reunión en la que también intervino el Ayuntamiento de Sant Josep y la empresa Salinera Española para evitar que se repitan los problemas de orden público habidos por el cierre de un acceso a la zona de aparcamiento. Según este acuerdo, Dunasal Park podrá hacer uso de su terreno como propiedad privada hasta la aprobación del Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) del Parque Natural, en el que se especificará qué estacionamientos se permiten y de qué modo, siempre y cuando, además, eliminen las fileras de aparcamiento en la zona de servidumbre de paso.
Para ello, sin embargo, el Ayuntamiento aún debe conceder la licencia de actividad. Dunasal Park tenía previsto disponer de este permiso esta misma semana, pero, según el concejal de Urbanismo de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Reganes, este trámite precisa algo más de tiempo. «Aún no tenemos constancia por escrito del permiso de la Conselleria y tampoco el proyecto de actividad de la empresa», apunta.
El edil no entiende por qué el Govern concede ahora un permiso a Dunasal Park, cuando se lo denegó primero a Salinera Española. «El caso de Dunasal Park es flagrante ya que la propiedad de Salinera Española se utilizaba como parking, mientra que la de Dunasal Park se tuvo que deforestar», dice. Así opina también el director de Salinera Española, José María Fernández. «Es un agravio comparativo. Nuestro espacio se ha utilizado siempre como aparcamiento y, además, nuestra idea, en 1999, era cobrar 100 pesetas para financiar un servicio de vigilancia en la zona», recuerda Fernández.