La situación de colapso que día a día se reproduce en el puerto de Eivissa ha colmado el vaso de la paciencia de vecinos y comerciantes de la zona, que exigen una solución urgente a las autoridades competentes.
El mes de agosto de este año está resultando especialmente caótico en el puerto, tal y como se puede comprobar en horas puntas de tráfico. La coincidencia de barcos cargando y descargando pasajeros y camiones, unido a los atascos de tráfico que genera la afluencia de vehículos y el control de entrada a las instalaciones portuarias además de la presencia de centenares de personas transitando entre vehículos de gran tonelaje, taxis, coches particulares y maquinaria ha provocado protestas y ha hecho saltar las alarmas entre los residentes y empresarios.
Según el presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes de la zona, Juan Tur Ramis, el problema «no es nuevo» ya que lo vienen denunciando desde hace años, pero reconoce que el aumento de visitantes que se está registrando este mes en comparación con otros años ha agravado los problemas. «Desde 1977 la asociación está enviando escritos de protesta porque es intolerable tener unas instalaciones portuarias en plena ciudad», señaló a este periódico Tur Ramis, que recordó que aunque siempre han estado de acuerdo con la construcción del dique de Botafoc, creen que esta construcción no es la panacea y quieren que se habilite también un muelle en s'Illa Grossa para eliminar por completo de la ciudad la actividad de barcos de carga y descarga.
«Es la única ciudad de España y de Europa donde la zona portuaria está en plena ciudad; es intolerable que esto continúe», remarcó el portavoz del colectivo. La frenética actividad del verano hace que las personas más implicadas en esta denuncia estén muy ocupadas, por lo que han postergado hasta el mes de octubre una reunión en la que tratarán la problemática del caos portuario en concreto. «Es un crimen tener en el interior de una ciudad una zona de operaciones de puertos del Estado», concluyó, tajante, Tur Ramis.