El presidente de la Pime de Formentera, Joan Serra i Mayans, ha calificado de positiva la temporada turística 2002, ya que según las cifras y datos que maneja «no ha sido una temporada mala, al contrario, ha sido una temporada buena, al mismo nivel de las de los últimos años». El máximo representante de los pequeños y medianos empresarios formenterenses ha subrayado que «la ocupación hotelera ha sido buena, realmente buena y no tiene nada que ver con los niveles de ocupación del resto de las Balears».
Por lo que respecta a la oferta complementaria de la Pitiusa menor, Serra i Mayans ha puntualizado que «pese a que en algún sector de la oferta complementaria se han notado pequeñas disminuciones en el nivel de ingresos respecto a la temporada anterior, en líneas generales y a tenor de los datos e informaciones que tengo en este momento, globalmente no ha sido una mala temporada, pese a los malos augurios iniciales», refiriéndose a la voluntad demostrada desde algunos sectores políticos y empresariales de demonizar la ecotasa como única responsable de todos los problemas turísticos de este año.
Y olvidando la recesión mundial, la crisis económica de un mercado emisor clave en Balears como el alemán, amén de los problemas derivados tanto del 11S como de la implantación de la moneda única. «Tendremos que hacer una valoración muy clara y concienzuda para determinar cómo ha incidido el euro en el comportamiento del turismo, pero eso deberemos analizarlo con calma este invierno», ha puntualizado Serra i Mayans. Con un mensaje positivo y optimista, Serra i Mayans no ha querido incidir en la polémica suscitada este verano con un tipo de turismo procedente de un país determinado, el italiano, y ha explicado que durante la temporada «hay algunas declaraciones que no deben hacerse porque es tirarse piedras encima de uno mismo».
Sin embargo, Serra i Mayans ha querido resaltar que le parece «realmente preocupante que la mayoría de los empresarios de Formentera se está dedicando de forma casi absoluta a un único mercado dejando de lado, al margen, al turismo alemán o de otras nacionalidades que siempre ha tenido su propio peso específico en el sector turístico de Formentera». Para el máximo representante de los empresarios, «hay que ir diferenciando y ampliando los mercados emisores minoritarios de la isla porque apostar a un único mercado es un riesgo que no debe correrse de ninguna de las maneras».