El Ayuntamiento de Eivissa y la Conselleria balear de Medi Ambient decidieron ayer «dejar de echarse los trastos a la cabeza» -en palabras del concejal de Obras, Antoni Roldán- y «trabajar juntos» para solucionar el problema del hedor de la estación depuradora de aguas residuales (Edar). La paz llegó en una reunión que mantuvieron el alcalde, Xico Tarrés, el director de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez, y el gerente del Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan), Joan Mateu Horrach, en la que se acordó acelerar la instalación de dosificadores de sulfato férrico en el alcantarillado para neutralizar los gases hediondos que se generan en cuatro áreas de la ciudad: Platja den Bossa, el Colector 0 y la confluencia de las calles Ignasi Wallis con Carles III y de Vara de Rey con Comte Rosselló, según un estudio dado a conocer el 10 de julio.
En una rueda de prensa posterior, Rodríguez y Horrach repitieron, por enésima vez en el último medio año, todas las obras que se llevarán a cabo en la Edar para acabar con los malos olores, y que concluirán en el mes de mayo con la construcción de un depósito laminador de 2.500 metros cúbicos de capacidad, donde se recogerán las primeras aguas de lluvia para evitar vertidos por el torrente de sa Llevanera. La construcción del nuevo emisario queda en suspenso hasta comprobar si ese depósito funciona correctamente. Las próximas intervenciones consistirán en potenciar la desodorización de la planta principal y el cerramiento del tratamiento terciario. Rodríguez dijo también que según un reciente estudio de olores el sistema de desodorización instalado en el pretratamiento funciona correctamente. Lo que huele mal, ahora, es el resto de la planta.
Por otra parte, representantes de la asociación de vecinos de la avenida 8 d'Agost visitaron ayer la instalación acompañados de dos ingenieros y del jefe de explotación del Ibasan, llegado desde Palma. Un portavoz de la asociación explicó que el jefe de explotación culpó del mal funcionamiento al estado de las aguas sépticas que llegan a la Edar. Esa misma fuente asegura que los ingenieros han detectado «fallos técnicos» que próximamente harán públicos. También han pedido una serie de datos para contrastarlos con las observaciones que realizaron ayer.