La empresa adjudicataria de la reforma de la carretera de Sant Josep (PM-803), Tableros y Puentes, ha solicitado al Ministerio de Fomento la rescisión del contrato suscrito para acometer dicho proyecto, lo que puede provocar un retraso mayúsculo en el inicio de las obras. Tableros y Puentes fue la única sociedad que presentó una oferta para llevarse la adjudicación de las obras, presupuestadas en 7'2 millones de euros (1.200 millones de pesetas) y con un plazo de ejecución de dos años. Aunque no han trascendido aún los motivos por los que Tableros y Puentes renuncia a llevar a cabo esta macroobra, este periódico ha podido saber que algunas grandes empresas de construcción ya no optaron al concurso debido a que la oferta económica del Ministerio de Fomento era baja en relación a la dimensión del proyecto.
Las obras se adjudicaron a Tableros y Puentes el 16 de noviembre del año pasado, lo cual se hizo público a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) el 11 de enero. Siete meses después, el 8 de julio, el secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Benigno Blanco, y el conseller de Obras Públicas del Govern, Francesc Quetglas, instalaban la primera piedra del proyecto en el kilómetro 10 de la carretera. Arrancaban las obras de forma oficial, aunque no estaba prevista la aparición de los trabajadores hasta el 2 de septiembre, algo que se retrasará mucho más.
La calzada de la carretera tiene actualmente cinco metros, y es aún más estrecha en el tramo urbano, pese a que es una de las vías más transitadas de la isla con una media 7.000 vehículos por día, cifra que en verano se queda pequeña. Las obras previstas consisten en aumentar la plataforma a una sección de siete metros de calzada (dos carriles) y arcenes de 1'5 metros en el tramo periurbano, y a siete metros con aceras, zonas de aparcamiento y arcenes 0'5 metros en el urbano, así como lacomnstrucción de dos rotondas. Asimismo, la sinusosa carretera será mucho más recta.