El 58'3 por ciento de las guarderías de las Pitiüses no están preparadas para transformarse en centros de educación primaria, según se recoge en el estudio elaborado para la Oficina del Defensor del Menor ante la puesta en marcha de la normativa de adaptación a centros de educación infantil. Además, el 75 por ciento de las guarderías no ha pedido la autorización administrativa para el curso 2002-2003, al menos durante la realización de la encuesta que se efectuó en febrero y marzo.
Ante los resultados de la encuesta, el Defensor del Menor, Javier Bares, opina que si se hubiera aplicado la normativa «quedarían muchos niños y profesionales en la calle y sería peor el remedio que la enfermedad». Bares señala que con este sondeo se ha tratado de «sensibilizar a las guarderías para que se adapten», ya que en el cuestionario remitido a estos centros figuran los requisitos de la normativa.
De los 24 centros infantiles examinados, uno es propiedad municipal, dos son religiosos, tres pertenecen al Consell y el resto, privadas. Respecto a las características del centro, el 54'2% están situadas fuera del casco urbano. Casi todas están ubicadas en edificios de uso exclusivo o independiente y el resto se ubica en los bajos de edificios. El 95% tiene acceso independiente desde el exterior. Dos tercios del edificio y de los accesos se encuentran libres de barreras arquitectónicas. En cuanto a la calidad, sólo el 17'4% aplica un modelo de calidad. Respecto a los servicios, 20 tienen comedor; 11, gabinete psicológico; seis, logopeda; una, enfermería y ninguna, pediatra.
La encuesta incluye aspectos sobre el análisis económico. Las tarifas mensuales de los centros oscilan entre 90 y 200 euros. Las tarifas del comedor se encuentran entre 4 y 120 euros. Sólo cinco de las guarderías encuestadas tienen fondos de financiación.