Los oyentes que ayer se dieron cita tenían entre tres y siete años y estudian en el Colegio Público de Sant Carles, pero en cuanto alguien se sube a un escenario y les narra una historia, las caras de todos los niños adoptan el mismo gesto de interés y sorpresa. Las sesiones de cuentos son propuestas que siempre funcionan; por eso, además de desarrollarse semanalmente en la biblioteca de Santa Eulària, las fiestas patronales de Sant Carles también se han convertido en escenario de esta cita infantil.
La cuentacuentos Neus Montero fue, tras un retraso consecuencia de una confusión con los horarios, la voz encargada de narrar un sinfín de historias variadas. En el salón parroquial de la iglesia de Sant Carles se escucharon cuentos como el de 'Edu, el petit llop', que habla de un lobo y un conejo que se descubren el uno al otro.
«Los cuentos son en sí mismos una trampa para atrapar el interés de los niños; sólo con que les digas que se lo vas a contar ya les gusta y te prestan atención», apunta la cuenta- cuentos. En contra de lo que se pudiera creer, Neus opina que la costumbre de transmitir historias no se está perdiendo. «Antes tenían que venir de fuera para hacer una sesión de cuentacuentos y ahora ya hay gente aquí para hacerlo», dice. Una mezcla de historias en las que los niños participan con comentarios siempre hilarantes.