El presidente de la Federación hotelera de las Pitiüses, Pedro Matutes, calcula que la temporada turística ha dejado este año en Eivissa y Formentera unas pérdidas en el sector de 120 millones de euros (20.000 de pesetas) por la drástica caída del sector.
Matutes recuerda que esta cifra no difiere de la que arroja el estudio realizado por la Universitat de les Illes Balears. «La UIB habla de una bajada de entre 15.000 y 20.000 millones. Nosotros ya avisamos de ello y nos tacharon de alarmistas. El descenso en los ingresos va ligado al aumento de los costes operativos [la alta inflación que hay aquí, la firma del último convenio]. Todo esto ha hecho que disminuya la rentabilidad de los establecimientos. Algunos, en particular, han sufrido recortes significativos», dice.
Las cifras de ocupación también han bajado este año considerablemente a lo largo de la temporada. Salvo en agosto, el número de plazas hoteleras vendidas ha sido mucho más bajo que el año pasado, sobre todo en la zona de Sant Antoni, que es donde más ha afectado la recesión. «Si no ha caído más es porque se han hecho ofertas, lo que ha evitado un descenso mayor», apunta Matutes aunque aún no dispone de la cifra global de toda la temporada.
Matutes considera que el descenso en la actividad registrado esta temporada obliga a hablar de «crisis»: «En términos económicos, se habla de crisis cuando en dos trimestres ha habido un crecimiento negativo y es evidente que esto es lo que ha sucedido».
Matutes atribuye a un montón de causas esta caída del sector. «No podemos obviar la crisis económica en alemania, los atentados del 11-S, los cambios de hábito de los turistas [ahora compran sus vacaciones más tarde y realizan estancias más cortas] han influido», señala. De todos modos, destaca por encima de todo los problemas propios de la isla. «La falta de promoción, que se arrastra desde hace años, una antipromoción de la administración basada en declaraciones fuera de lugar, el desmesurado crecimiento de la oferta ilegal y la ecotasa», describe Matutes.