Las Pitiüses han perdido la cuarta parte de su superficie agraria en los últimos diez años, según desprenden los datos del censo agrario de 1999, presentado ayer en Palma por el conseller de Agricultura, Mateu Morro, y el conseller de Economía, Pere Sampol. De las 44.836 hectáreas del censo de 1989 (este exhaustivo registro del campo se revisa cada diez años), se ha pasado a 33.863, lo que supone una disminución del 25 por ciento. La reducción del campo pitiuso se agranda si comparamos los datos del censo actual con el de hace 30 años (1972), cuando había 54.282 hectáreas, que es un 40 por ciento más. Los cultivos herbacios predominan sobre el resto, con 10.323 hectáreas, por delante de las 1.853 hectáreas de plantaciones de árboles frutales.
Las cabezas de ganado también han bajado considerablemente en las Pitiüses en los últimos diez años. De los 32.399 animales registrados en el censo de 1989, se ha pasado a 23.121, que viene a ser un 30 por ciento menos. Las explotaciones agrícolas y ganaderas han disminuido un 31'3 por ciento en toda Balears (en las Pitiüses hay actualmente 3.534) en los últimos diez años, pasando de 28.810 a 19.788. De todos modos, el conseller de Agricultura indicó que éstas ocupan de media una mayor superficie, están más modernizadas y capitalizadas, generan prácticamente el mismo trabajo y son más rentables.
Si entre los dos últimos censos agrarios se ha reducido prácticamente un tercio el número de explotaciones, las tierras labradas han disminuido un 5'5 por ciento. Para Mateu Morro, «esta evolución se corresponde a la registrada a nivel general en Europa. Hay menos explotaciones, pero han mejorado sus condiciones y ha aumentado la media de su superficie en un 42 por ciento hasta alcanzar en 1999 las 5'6 hectáreas de extensión, y un 46 por ciento la superficie útil por explotación, situándose en las 3'5 hectáreas por unidad». Ello se ha traducido en un descenso del 2'4 por ciento en la superficie total que ocupan estas explotaciones (374.826 hectáreas en 1999) y de un 5'4 por ciento en las tierras cultivadas (199.808 hectáreas), y en un ligero aumento (un 0'7 por ciento) de la superficie agraria utilizada (SAU), un total 222.118 hectáreas.
El conseller Mateu Morro desmintió la idea de que el trabajo que generan estas explotaciones agrarias haya bajado durante la última década, al remitirse a los datos que indican que la unidad de trabajo al año (UTA) por explotación, situada en 0'6 en 1999, se ha mantenido «prácticamente idéntica» en este intervalo. Al respecto, recordó que cada vez hay una mayor demanda de mano de obra, tanto nativa como inmigrante, y que los nuevos titulares de explotaciones tienen «proyectos más maduros desde el punto de vista empresarial y de cualificación».