Muchos vecinos de Santa Gertrudis suspiraron ayer aliviados cuando abrieron las ventanas de sus casas al levantarse y comprobaron que la lluvia había dejado paso a un día soleado. Si el año pasado las inclemencias meteorológicas obligaron a suspender gran parte del recorrido de la procesión, en esta ocasión todo transcurrió según lo previsto y la comisión de fiestas pudo disfrutar de la satisfacción que aporta el trabajo cumplido.
La plaza principal de la localidad había sido cerrada al tráfico desde primera hora de la mañana y numerosas personas se fueron agolpando frente a la iglesia a la espera de que finalizase la misa solemne, oficiada por el obispo Agustín Cortés, y comenzase la procesión que recorrería el pueblo. La Banda de Cornetas, Tambores y Majorettes de Santa Eulària precedió con su música la salida de la comitiva. Los primeros en atravesar las puertas de la parroquia fueron la presidenta del Consell, Pilar Costa y el alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch; tras ellos fueron apareciendo todas las imágenes religiosas cargadas por los vecinos de Santa Gertrudis: primero los niños, después el Grup de baile de Santa Gertrudis y las niñas y por último los adultos, ataviados para la ocasión. Y es que en este día de celebración, los hombres y mujeres siempre se visten con sus mejores galas: ellos, traje impecable y corbata y ellas, vestidos oscuros y zapatos negros sin excepción.