Dos significados acuden fácilmente ante esta imagen: los símbolos del Espíritu Santo y el de la Paz. Buscando un denominador común a ellos, si escuchamos el sentimiento que surge, obtendrían votos generales las cualidades de sencillez y de pureza. La armonía y la paz son las más esperadas nuevas en todos los tiempos y la Paloma es la portadora de estas buenas nuevas. La receptividad, la pasividad fecunda, relacionan a la Paloma con la Diosa primigenia, con la Tierra.
Es también el símbolo del alma en los ritos de transmigración, especialmente relacionada con un vaso o copa que es el recipiente que contiene la memoria. La Paloma, al desplegar sus alas crea la imagen de la liberación de las ataduras terrestres. Una liberación conseguida no a través de la huida, sino de la inocencia. La inocencia de la paloma se obtiene una vez hemos trabajado todas las manifestaciones y secuelas de nuestra ignorancia.