Quienes frecuentaron el barrio de Sa Capelleta allá por los años 60 y 70, tienen hoy la posibilidad de vivir un tiempo que parecía perdido callejeando de nuevo por sus calles, que han recuperado gran parte de la esencia de aquella época. Hace tan solo dos décadas, el que fue el primer ensanche de la ciudad de Eivissa irradiaba vitalidad en todos sus rincones.
Los ibicencos sabían que allí podían visitar múltiples comercios e incluso participar en tradiciones tan propias como un carnaval celebrado en el barrio, actividades de carácter cultural que se desarrollaban en el cine Cartago o la berenada del jueves Lardero, en la que se preparaban unas gigantescas tortillas que bien podrían haber formado parte del Libro Guinnes de los Récords. Todo aquello pareció perderse conforme el municipio continuaba creciendo y los comercios de la zona se quedaban pequeños y obsoletos.
Pero hace ahora un año, un pequeño grupo de personas, entre las que se encontraban Alejandro Moreno y Ramón Toribio, decidieron revitalizar el barrio y crearon la Associació de Professionals y Comerciants de Sa Capelleta. «Es un barrio con historia pero también con futuro, eso es lo que queremos demostrar», dice el presidente de la asociación, Ramón Toribio. En el último año cuatro nuevos establecimientos han abierto sus puertas sólo en la Vía Púnica y en los siguientes lo harán el nuevo Conservatorio (que se construirá en el solar que antes ocupaba la Escola d' Arts i Oficis) y dos nuevos edificios de viviendas.
El barrio toma su nombre de la antigua finca de Sa Capelleta, que estuvo situada en la Vía Púnica a la altura del cine Cartago, y forman parte de él calles como la Vía Romana, Vía Púnica, la calle de l'Arxiduc Lluís Salvador, la calle Joan Xico o gran parte de la Avenida de España. Una amplia zona en la que se sitúan lugares tan emblemáticos de Eivissa como es la Necrópolis de Puig des Molins o instituciones como el Consell Insular o la Extensión Universitaria.