La cota de nieve ha bajado de manera drástica en los últimos días por lo que cada vez son más las carreteras y pueblos españoles que están afectadas por este fenómeno meteorológico adverso que provoca molestias en las comunicaciones. La sal constituye la mejor arma para evitar que la nieve cuaje sobre las carreteras, por lo que en estas fechas se están reclamando grandes cantidades desde los ayuntamientos de todo el país. Una de las centrales salinas que más sal dispensa -el año pasado aportó unas 300 toneladas sólo para el fin de combatir la nieve- es Salinera Española en Mataró que, a su vez, se abastece de sal de Eivissa, que envía «cientos de toneladas al año», explica Joan Ribas, responsable de la empresa en Eivissa.
«Los ayuntamientos afectados suelen reclamar muchas veces la sal de mina, que es más barata pero de peor calidad porque presenta más potasa, residuos e impurezas», explican desde Mataró, donde aclaran que muchos otros se decantan por la sal marina ibicenca, «que es la mejor sin dudas por su pureza y consistencia», para combatir los efectos de la nieve sobre caminos y vías rodadas.
Parte de la sal de Eivissa acabará dando servicio de quitanieves en muchos pueblos de la península que estos días han incrementado su petición de partidas de este material, a la vista de la ola de frío y la bajada de la cota de nieve que se registra en toda la península. La sal de la península y de Balears también tiene una buena salida en los mercados europeos del norte, donde la frecuencia de nevadas y colapsos de carreteras es superior a la que se registra en España, que suele ser mucho más puntual.