El calendario musulmán de celebraciones religiosas tiene dos
únicas citas anuales: la fiesta del ayuno al final del Ramadán y la
del cordero, unos meses después, que tuvo lugar ayer. Este rito
abrahámico, que data al menos del 2.400 a.C., simboliza el momento
en que Abraham visita la Meca para sacrificar a su hijo siguiendo
las órdenes del profeta Mahoma, que había puesto a prueba su
capacidad de sacrificio y que en el momento de producirse el
degollamiento del joven envía un Àngel con un cordero para que mate
al animal.
Desde entonces se ha procedido a celebrar este episodio una vez al
año coincidiendo con la peregrinación a la Meca que se produce el
día 10 del mes duodécimo o Del -Hijaa, del calendario lunar. Las
familias musulmanas se reúnen primero para orar y luego para
sacrificar un cordero. «Cada cabeza de familia tiene que sacrificar
un cordero y repartirlo entre toda su familia, sus vecinos y los
más necesitados», explicaba ayer Abdelhak Diki, un marroquí
asentado en Eivissa que se reunió con familiares y amigos para
celebrar el rito. La familia de Abdelhak Diki, junto a la de
Mohamed Masmoudi y Mohamed Mandil se reunió en casa de Salahdin
Costa, un ibicenco de Sant Carles convertido al Islam para proceder
al sacrificio de siete corderos.
«Tienen que ser corderos de entre seis meses y año y medio», explicó Abdelhak mientras preparaban el lugar en el que se realizó el degollamiento de los animales a los que cortaron el cuello para que se desangrasen por completo. «La sangre corrompe la carne», explicó Salahdin Costa antes de proceder al ritual que comienza recitando unos versos del Corán: «Esto es de mí hacia tí en el nombre de Dios». Acto seguido se degüella al animal y se procede a su desollado y apertura.
«Lo que primero se come es el corazón y el hígado que entregamos
a nuestras mujeres para que lo cocinen», señaló Abdelhak. El plato
se llama kebda. Las mujeres fríen las entrañas con aceite, comino,
pimentón dulce, celantro, perejil y ajo mientras los varones
rematan de partir el cordero. Una vez terminado el proceso e kebda
es degustado por separado por hombres y mujeres, que aprovechan
esta reunión para estar en familia.
La preparación de carne de cordero en pinchos, al horno o cocida
siempre con muchas especies son otras de las recetas propias de
esta celebración y las jornadas posteriores.
Al igual que estas familias ayer muchas otras hicieron lo mismo
en distintos puntos de la geografía ibicenca. El punto de partida
de la jornada fue la oración que se celebró en el Velódromo de Can
Coix ofrecido gratuitamente por el Ayuntamiento de Sant Antoni. Al
acto acudieron más de mil personas de toda la isla algunas de las
cuales denunciaron en USO las peticiones de identificación por
parte de la Policía Nacional en Eivissa, hecho que fuentes
policiales desmintieron.
E.Estévez