El frío y la amenaza de lluvia deslucieron el desfile inaugural del Carnaval en Eivissa que este año discurrió con una tímida comitiva por las calles más céntricas de la ciudad. El público se agolpó en las aceras durante el recorrido de este pasacalles en el que la nota de color y el ritmo lo pusieron los alumnos de percusión de la Academia Delta que, a golpe de batucada, se dispusieron a despertar del letargo invernal a todos los ibicencos que se encontraron a su paso. La comitiva, que partió de Vara de Rey pasadas las 18,30 horas, se encontró con Carnestoltes y su séquito carnavalero, protagonizada por Foc i Fum, en el puerto de Eivissa. El rey del Carnaval, cuya comitiva estaba formada por dos cabezudos, varias amas de casa con rulos en la cabeza y un par de elegantes y blancas meninas, se reencontró con los ibicencos vestido de mosquetero y con muchas ganas de fiesta. Carnestoltes se paseó por la Avenida Bartolomé Rosselló, e Ignacio Wallis para llevar a toda una riada de personas hasta la carpa instalada en Vara de Rey, lugar en el que se desarrolló el concurso de disfraces y, cómo no, la lectura del pregón deDijous Llarder.
Carnestoltes invitó a las decenas de personas que se dieron cita
en el concurso de mariol.los a olvidarse de los problemas y
preocupaciones y a convertirse en aquello que no son o aquello que
no se atreven a ser el resto del año. «Búrlate de tú vecino y ríete
de tú mejor amigo», aconsejó antes de vitorear la llegada del
Carnaval y dar por abierta la veda del disparate. El concurso de
mariol.los centró la atención de las decenas de personas, la
mayoría niños, que se dieron cita en Vara de Rey. Los voluntarios
del Ayuntamiento contabilizaron 46 niños y 15 adultos para el
concurso de mariol.los por el que desfilaron todo tipo de
disfraces: desde monjas y caníbales, cometas, pilinguis, un Nunca
Máis, o la Vida y la Muerte, destacando sobre todo, los realizados
con ropas viejas al modo tradicional. Los participantes adultos, en
menor número, emularon a periodistas, al champú Loreal, o Margata
Ruíz de la Parda. Uno de los más aplaudidos fue el disfraz de
Carlos de Sant Carles que se presentó con una carretilla convertida
en trineo, listo para esquiar, eso sí, muy trajeado.
E.Estévez