Las abundantes lluvias del año pasado pusieron fin a la caída de la producción de almendra y algarroba. El déficit de agua de los últimos años diezmó notablemente la cosecha de estos dos frutos, que en 2001 cayó hasta un 60 por ciento en el caso de la algarroba. La última cosecha, que se realizó entre septiembre, octubre y noviembre del año pasado aumentó considerablemente aunque, según el gerente de la cooperativa de Sant Antoni, Pere Prats, se sitúa dentro de los parámetros que se pueden considerar normales. Los agricultores asociados a la cooperativa han recogido 600 toneladas de algarroba (50 por ciento más que al pasado año) y 120 de almendra (20 por ciento más que el anterior).
La almendra y la algarroba son los únicos productos del campo de las Pitiüses que se venden fuera de la isla. De todos modos, este año, según dice Prats, la mayor parte de la algarroba se quedará en la isla para la producción de piensos de animales. La cooperativa extrae el fruto de la algarroba y tritura el 90 por ciento de la cosecha, que se utiliza para alimentar el ganado y para la elaboración de cápsulas para medicamentos. La producción de almendra, en cambio, se exporta en su totalidad a la península. Los mercados de destino son Melilla, Valencia y Barcelona.
El número de almendras y algarrobas por árbol, así como su diámetro, recuperaron al fin en 2002 sus proporciones habituales. En 2001, por culpa de la sequía, el tamaño del fruto fue mucho más pequeño de lo normal, recuerda Pere Prats. De cara a la próxima campaña, el gerente de la cooperativa de Sant Antoni mantiene que también va a ser un año bueno, debido a las lluvias registradas hasta el momento. «Las lluvias más apropiadas para estos árboles son las que se producen durante el invierno»,explicó. Estas lluvias acabaron con un lustro de sequía y ello incidió en el aumento de la producción agraria de la isla, especialmente de los cultivos de secano. Aparte del incremento de las cosechas de almendra y algarroba, la recolección de cereales se multiplicó por cuatro. La cooperativa de Santa Eulària recogió en la última campaña 390 toneladas de forraje y cereales, lo que supone también un 450 por ciento más que el año pasado (87 toneladas). Por su parte, los agricultores que se encuentran asociados a la cooperativa de Sant Antoni también se multiplicaron por cuatro su cosecha de cereales.