G.R. / J. M. A.
La polémica por la supresión de un importante número de hamacas en
las playas del Parque Natural de ses Salines vivió ayer su fase más
intensa. El director general de Biodiversitat del Govern de les
Illes Balears, José Manuel Gómez, y el director de litoral, Onofre
Rullán, se reunieron ayer por la mañana con los afectados de
Formentera y por la tarde con los de Sant Josep.
Ni en un lugar ni en el otro se alcanzó acuerdo alguno. La Conselleria de Medi Ambient, en manos de la verde Margalida Roselló, sigue considerando necesario eliminar la mitad de las hamacas, aproximadamente, y los hamaqueros y los propietarios de restaurantes no quieren que se les toque un negocio que llevan muchos años trabajando. Tras la reunión en Sant Josep, el representante de Ibifor, Joan Cardona, dijo: «Ya les hemos avisado de que concesionarios y opinión pública están en contra, así como los ayuntamientos afectados, pero esta gente quiere llevar adelante esto como sea».
Cardona aseguró que los representantes de la Conselleria balear de Medi Ambient «se han dado cuenta de que lo han hecho mal. Hemos propuesto que dejen el tema tal y como estaba el año pasado y que se negocie el año que viene. Han respondido que no podía ser, aunque sí arreglar algunos temas puntuales. Y nos han citado para la próxima semana».
Por su parte, el alcalde de Formentera, Isidor Torres, fue muy duro con los responsables de Medi Ambient, a los que acusó de haber tomado una decisión de forma unilateral. Torres reivindicó la necesidad de que en este tipo de decisiones el Ayuntamiento sea tenido en cuenta y recordó que Formentera ha sido en el pasado pionera en la defensa de los espacios naturales.