En Eivissa, como es tradicional, el Vía Crucis salió de la Iglesia
de Santa Cruz pasadas las 9'00 de la mañana con la imagen del
Cristo de la Agonía en brazos de cuatro costaleros. Esta muestra
procesional fue oficiada y dirigida por el obispo, Agustín Cortés,
quien definió el acto como «un acto de fe» e invitó a los cientos
de personas que se concentraban dentro y fuera del templo a «andar
el camino con Jesús». Dividido en 14 estaciones que fueron leídas y
comentadas en diferentes puntos de la ruta que separa Santa Cruz de
la Catedral, el recorrido discurrió por la calle Aragón, Vara de
Rey y calle de la Cruz, donde se encontró con la imagen de La
Piedad, para subir por el Portal de ses Taules, sa Carrossa y Pedro
Tur hasta llegar a la cima de Dalt Vila.
El silencio de esta manifestación de duelo se rompió únicamente con
los cánticos interpretados por el coro juvenil de la parroquia de
Santa Cruz y la lectura y comentarios de cada uno de los capítulos.
Fue especialmente significativa la alusión a la paz que el obispo
hizo en la séptima parada, la correspondiente a la segunda caída de
Jesús con la Cruz: «La paz es consecuencia del perdón y la
reconciliación en el corazón», señaló en el ecuador del recorrido
en el que las imágenes del Cristo de la Agonía y La Piedad
ingresaron en la Catedral, convertida en un hervidero de cofrades y
curiosos.
El Vía Crucis de Santa Eulària partió de la calle del Sol cuando en
Eivissa llevaban ya casi una hora de andadura. Un total de 32
personas, entre actores y otros colaboradores, formaron parte de
esta tradición con la que se reviven, como si de una representación
teatral se tratase, los últimos pasos de Jesús por la vía dolorosa
antes de su muerte en la cruz. La representación en la Villa del
Río contaba este año con una novedad en la última estación de la
Pasión, la que escenifica el instante de la(Pasa a la pág
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Emoción
Miles de fieles se suman a los vía crucis y procesiones de Semana Santa en Eivissa, Santa Eulària y Formentera