El inicio de los trámites para proteger los molinos de agua del Pla de Sant Jordi fue la última acción de gobierno del Pacte antes de las elecciones. La Comisión Insular de Patrimonio (CIP) aprobó el viernes día 23 incoar el expediente para declarar Bien Catalogado (BC) 34 molinos de agua de Sant Jordi de ses Salines y Sant Francesc de s'Estany. Unas obras en la finca de can Raspalls, en la carretera del aeropuerto, que ponían en peligro al molino de Villa Abel llevó a la consellera insular de Cultura, Fanny Tur, a acelerar el proceso de protección de los molinos, iniciado hace al menos dos años con la elaboración de un estudio y un inventario de todas estas infraestructuras históricas. Fanny Tur teme que el Partido Popular, que gobernará las Pitiüses en los próximos cuatro años, eche atrás los expedientes de protección de los molinos, más aún si puede afectar al desarrollo de las instalaciones aeroportuarias. «Este es el primer paso [declarar Bien Catalogado cada uno de los 34 molinos] para llegar a una protección global ya que estos elementos están estrechamente vinculados al territorio», asegura la aún consellera insular de Cultura.
La Comisión Insular de Patrimonio aprobó el viernes 23 iniciar todos los pasos para declarar los molinos Bien Catalogado, pero desde ese día, según asegura Fanny Tur, ya están amparados con la protección de la ley de Patrimonio, por lo que cualquier actuación urbanística tiene que respetar su entorno. Muchos de estos molinos están muy próximos al aeropuerto e incluso algunos están dentro del área delimitada por el Plan Director del Aeropuerto donde se proyecta el futuro crecimiento de las instalaciones del aeródromo. Los molinos de sa Torre Blanca, anexo a la antigua casa de sa Torre Blanca de Dalt, situado entre la carretera del aeropuerto y las pistas, y cas Costes, colindante también a la carretera del aeropuerto, se encuentran dentro del perímetro de crecimiento previsto, mientras que los de can Bassetes, can Palau, Prat d'en Fita, san Toni Miquel y can Joan Miquel se alzan en el límite del trazado del Plan Director.
Aunque el estado de conservación de estos molinos que afectan al desarrollo del aeródromo es malo, todos ellos tienen una indudable importancia patrimonial. Hasta el archiduque Luis Salvador hace mención de ellos en su obra Las Baleares tras su segundo viaje a la isla (1885). Algunos de estos molinos, según recoge el estudio realizado por Joan Josep Serra, aún se conservan intactos como el de can Miqueleta y el d'en Prat d'en Fita, ambos emplazados en Sant Jordi a escasa distancia de la carretera de ses Salines. Los molinos de agua se dejaron de construir en 1960 por la introducción del uso de motobombas de gasóleo, que ya empezaban a usarse en la isla a partir del primer tercio del siglo. Del plan de protección de los molinos impulsado por el Consell Insular se han descartado los metálicos.